
Pues ese jugador era Diego. A lo largo de la temporada, él solito se ha encargado de disipar todas las dudas. Decían que había tocado techo y su regresión era un motivo de preocupación, pero lo cierto es que aún no le he visto un partido verdaderamente malo. Puede haber estado algo más gris de lo normal cuando el equipo adolecía de actitudes, pero cuando sus compañeros le han necesitado, siempre han encontrado su pie amigo para dar continuidad a la jugada.
Y ahora Diego se lesiona. Justo ahora cuando nos jugamos las habichuelas en el tramo más importante de la temporada; un mes de competición en el que jugaremos contra Barcelona y Sevilla en liga y Lazio y, probablmente Besiktas, en la Europa League ¿Cómo gestionar la baja de un tipo tan importante? Dando galones y confianza a quien quiera sustituirle y, en ese aspecto, ha llegado la hora de Koke. Los miuras son fieros y el valor se demuestra con el pecho erguido y la mirada desafiante. Hay que mirar hacia adelante y pensar que el chaval también puede ser un jugador como el brasileño, un tío de esos que mueven al equipo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario