viernes, 10 de junio de 2011

Deben quererle mucho

Debe de quererse mucho a una persona cuando se le hacen tantos favores personales. Debe ser eso, cariño, estima o, tal vez, interés personal. Pero ¿Cómo íbamos a pensar mal de una directiva que nos ha dado tantas alegrías durante los últimos años? ¿Cómo íbamos a reprocharles nada a quienes nos han fichado tantos aspirantes a balón de oro durante la última época? Sería de mal nacidos. Si es que no somos agradecidos.

Debe de quererse mucho a una persona para recolocarle a sus escombros. El tipo en cuestión, representante de jugadores y ex jugadores, solamente tuvo que pasar una tarde en el Calderón para que, de una tacada, le contratasen a cuatro tipos sin ni siquiera previa presentación. Bastaba un carnet de atlético, unas caricias bajo la mesa y un guiñito de ojos.

Cuánto deben de querer los dirigentes del Atleti a Manuel García Quilón para, después de Cleber Santana, Jurado, Luis García, Quique, Filipe o Mario Suárez, hayan querido hacerle el favor de contratarle a Caminero, Manzano y Baraja. Todo un pack, oye. Tres tíos en uno y ninguno juega al fútbol. Fue llegar a las oficinas a vender a Gabi y regresar a casa con la cartera llena. Eso son amigos y lo demás es tontería. Le deben de querer tanto que quizá dentro de unos días le llamen para que interfiera en la venta de Agüero, al fin y al cabo él fue el principal interlocutor en la venta de Torres al Liverpool. Debieron quedar tan satisfechos que su nombre aparece siempre el primero en la agenda y subrayado con florescente.

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