martes, 6 de marzo de 2012

Los invictos

En el mundo hay mucho invicto. El ex seleccionador argentino Daniel Passarella, calificaba a los periodistas como "los invictos", porque nunca pierden. En el mundo terrenal de las personas comunes, hay mucho soñador de media tinta que juega a ser periodista sin serlo solamente porque mama programas nocturnos, tertulias de sobremesa y carajillos encendidos en la barra del bar. Los oportunistas, en cuanto a aficionados al fútbol, son legión en ambas orillas. En el periodismo porque hay mucho enterao que gusta de sacar pecho con una lista de números en la mano. Y en la calle, porque hay mucho licenciado que gusta repetir las voces de su amo sin detenerse a analizar su propia personalidad.

Tras el empate en Sevilla, las redes sociales se llenaron de letras escritas por esa legión de invictos que gustaban de levantar el cuello cuando creen saber que las cifras no les quitarán la razón. Simeone, decían, el inventor del fútbol, se jactaban, cuatro puntos de quince, se relamían. Esos, que son los mismos que aprovecharon la inercia positiva de los primeros partidos del Cholo para atizar a Manzano y pregonar aquello del "Efecto Simeone", aprovechan ahora la ocasión para apuntarse un tanto, para dárselas de listos y para esconder la mano sabiendo que dos pasos más adelante encontrarán otra piedra para tirarnos a la cabeza.

No se dejen engañar. El fútbol no es tan simple como un resultado. El fútbol es un juego, un estado de ánimo, un cúmulo de sensaciones. Los empates inmerecidos se convierten en anécdotas cuando se sigue el camino correcto y los puntos de menos se convierten en puntos de más cuando la actitud termina siendo la correcta. Cuando enganchemos otra buena racha, aquellos que atizaban al Cholo y que fueron los mismos que atizaron a Manzano, volveran a cruzar la calle para pasear por nuestra acera. Siempre buscando la sombra, siempre con la razón en la garganta. Porque ellos nunca pierden. Son los invictos.

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